jueves, 15 de mayo de 2014

El Espejo de Salomón. Existieron los Visigodos

León Arsenal nos regala, con esta obra, una novela "de manual", con todos los ingredientes necesarios. A saber: un manuscrito, códice o libro antiguo, de cuya existencia se oyen rumores, pero no se tienen pruebas fehacientes; muertes accidentales, extrañas o de dudosa justificación de personas que se cree que tienen o han tenido relación con el códice, manuscrito o libro en cuestión; protagonistas que tienen relación indirecta con los libros, la Historia, la Policía, la mafia, o cualquier combinación de los elementos anteriores; y por supuesto, organizaciones secretas, o similares. A partir de ahí, aventuras más o menos creíbles, y un desenlace que no desenlaza gran cosa.
He de reconocer que el libro empieza bien. En este caso, con la descripción de lo que podría haber sido un acto de traición en la España del inicio de la reconquista. Luego comienza el relato en el Madrid de nuestros días con el inevitable libro. Se trata de un códice escrito en Ulfilano, la antigua lengua visigoda. Este libro, como no podía ser menos, podría contener un secreto que daría un poder inmenso al que lo poseyera, pero claro, no existe (casi) nadie en el mundo capaz de leer el códice, porque la lengua en la que está escrito desapareció hace cientos de años. Afortunadamente, una Licenciada en Historia en paro, pero con vocación frustrada de arqueóloga, un profesor jubilado experto en la España visigoda, y un amigo suyo sin aparente relación con el tema tratado se plantean como objetivo vital encontrar el manuscrito, y de paso, intentar esclarecer un par de muertes ocurridas en extrañas circunstancias, con ayuda, eso sí, de la Policía.
Libro interesante, más allá de que no sorprende ni por su estructura, ni por los elementos básicos de su trama. La España visigoda no es un tema tradicional, y se puede aprender algo nuevo con los pasajes puramente históricos. La narración es fluida, la trama sencilla, y la documentación del autor, no sólo en lo que se refiere al momento histórico que quiere tratar, sino a cosas más habituales, como el funcionamiento interno de la Policía Nacional de España, bastante cuidada. Engancha lo suficiente como para pasar unas horas agradables en cualquier sala de espera.

Un pero sin demasiada importancia, y que desde luego no cambia mi opinión sobre el libro. A los que nos gusta la ciudad de Madrid nos cansan un poco los tópicos negativos que se escriben sobre ella, y que el autor no pierde oportunidad de deslizar a lo largo del libro.